viernes, 3 de octubre de 2014

Tarrasa la antigua Égara romana y Egosa íbera, es un municipio y ciudad española de la provincia de Barcelona, en la comunidad autónoma de Cataluña.
Se encuentra situada en la comarca del Vallés Occidental, de la que es una de sus localidades más importantes junto a Sabadell, y dista unos veinte kilómetros de la ciudad de Barcelona. El municipio alcanzó en 2005 la cifra de doscientos mil habitantes y en la actualidad su censo está formado por 215055 habitantes, lo que implica que sea la cuarta ciudad más poblada deCataluña y la vigesimoquinta de España. Además, este municipio es un importante nudo de comunicaciones por carretera, autopista y ferrocarril. Cuenta con varias escuelas universitarias y es sede de la diócesis de Tarrasa.

HISTORIA 
La primera constancia de pobladores en los alrededores 
de Tarrasa fecha del período Neolítico, comprendido entre
el 5000 y el 1800 a. C., época en que el hombre se vuelve 
sedentario y pasa a hacer uso de la caza, la agricultura y la ganadería. 
Su hábitat se sitúa en diferentes puntos del macizo de San paulo.
Las primeras noticias de la actual Tarrasa provienen de la época de los romanos, que fundaron la ciudad de Égara cerca del torrente de Vallparadís sobre un antiguo poblado ibérico, Egosa, del cual se han encontrado algunos restos cerámicos y monedas. Alrededor del torrente de Vallparadís también se ha descubierto restos paleolíticos, cerca de donde está ubicado el conjunto de las iglesias de San Pedro, así como una necrópolis de la Cultura de los Campos de Urnas en Can Misert. En el término municipal se encuentra el Castillo cartuja de Vallparadís, una construcción del siglo XII.
Durante la edad media, la villa, amurallada, creció alrededor de la Plaza Mayor y del Castillo-Palacio, y fue conquistada porLudovico Pío e incorporada al reino franco en 801 durante la campaña que llevó a la conquista de Barxiluna, a raíz de la cual el castillo fue destruido por los musulmanes en la razia de Musa ibn Musa el 856. Aun así, la mayor parte del terreno fuera de la muralla era propiedad de Tarrasa, que poseía el castillo de Vallparadís.
En el año 1384 gracias a un privilegio real otorgado por el rey Pedro III «el Ceremonioso» se estableció el Consejo de la Universidad de la Villa y el término de Tarrasa, máximo órgano de gobierno de la ciudad que fue abolido con los Decretos de Nueva Planta de 1716. En septiembre de 1713 durante la Guerra de Sucesión Española, las tropas borbónicas ocuparon la villa, la incendiaron y saquearon durante tres días.
Durante la Tercera Guerra Carlista, el 22 de julio de 1872 una partida de quinientos carlistas encabezada por Joan Castells llegó en tren y atacó Tarrasa para recaudar la contribución de la villa al esfuerzo de guerra, pero las autoridades se negaron al pago y en el asalto al ayuntamiento, en el que obtuvieron un motín de seiscientas pesetas, los asaltantes perdieron siete hombres mientras que los defensores dos.
Con el tiempo, el término foráneo de la villa terminó formando el municipio de San Pedro de Tarrasa en 1800, con la cabeza en el pequeño núcleo crecido en torno a la antigua Egara. En 1877, Alfonso XII concedió a la villa el título de ciudad. Pocos años más tarde, en 1891, el Castillo-Palacio, que se encontraba en estado de abandono, fue derribado y sólo se conservó la torre maestra, conocida como latorre del Palacio.
La industria primeriza terrassense alcanzó los años de mayor producción entre 1796 y 1797. El arranque industrial sucedió después de la posguerra. Entre los industriales que viajaron a Francia y los prisioneros de las tropas napoleónicas se pudieron aplicar en Tarrasa las innovaciones tecnológicas. Poco tiempo después, la maquinaria comenzó a construirse en el propio municipio, factor que ayudó al crecimiento de la industria. También durante el siglo XIX Tarrasa fue una de las ciudades españolas donde la revolución industrial tuvo una mayor incidencia, con un gran número de fábricas e industrias dedicadas al textil. Entre 1833 y 1870 se desarrollaron propiamente la industrialización de la ciudad, que convirtió a Tarrasa en una ciudad industrial. La aplicación de la energía del vapor, la mecanización del proceso productivo, las innovaciones tecnológicas y la consolidación del gremio fueron los atributos de esta etapa. Es por ello que la ciudad pronto se convertiría en «la ciudad de las fábricas de vapor».
Hoy en día todavía perviven muchos edificios modernistas de aquella época, como el Vapor Aymerich, Amat i Jover (1907), actual Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña, la Masía Freixa (1907), el Mercado de la Independencia (1908), la Casa Alegre de Sagrera (1911), el edificio del Ayuntamiento (1902), la Escuela Industrial (1904), el Gran Casino (1920), el Teatro Principal (1920) y el Parc de Desinfecció (1920). Además, hasta el momento, Tarrasa forma parte de la Comunidad de Ciudades Ariane, relacionada con la tecnología aeroespacial y los lanzadores Ariane. El primer gran acontecimiento del siglo XX que vivió la ciudad fue la anexión del pueblo de San Pedro —antigua Ègara, que contaba con 4404 habitantes en 1900—, en julio de 1904, cuya demarcación se repartió entre los municipios de Tarrasa, Sabadell y Rubí.
Tras la Guerra Civil la oposición antifascista empezaría a ser relevante a finales de los años 1940, canalizada por los movimientos obreros [cita requerida]. Uno de los cambios que experimentó la ciudad durante esta época fue el crecimiento poblacional, que derivó en problemas de infraestructuras y vivienda. El ritmo fabril, que dio lugar a una gran necesidad demano de obra, situaron a Tarrasa como una de las principales zonas industrias textiles de España. 
El 25 de septiembre de 1962 sufrió los efectos de la gran riada que se produjo en la zona del Vallés, la cual afectó también a otros municipios como Rubí o San Quirico de Tarrasa.

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